Una industria que no para

La industria acuícola se encuentra en un periodo de reinvención total. Nuevos inversores ven con ojos golosos actividades que antes no interesaban, muchos países finalmente han empezado a aplicar políticas encaminadas a potenciar la acuicultura de forma genérica y no sólo pensando en la producción primaria como modelo de generación de valor, interesan otros valores. Se observa un hay interés creciente en los productos alternativos, producción ecológica (orgánica en otras ocasiones), derivados de las microalgas y sus principios con valor en nutrición animal, humana y médica. Especies que antes dejaron de interesar se recuperan y potencian, como la producción de moluscos bivalvos y la tecnología se posiciona como una herramienta valiosísima para impulsar el desarrollo.

La mejora genética ya ayuda a mejorar año tras año la productividad de diferentes especies como el salmón, langostino, almeja, dorada o rodaballo, se ha finalizado la secuenciación del genoma de especies como el lenguado. Se ve cercana la posibilidad de cerrar el ciclo de especies de alto valor y muy apreciadas como el pulpo, se han producido los primeros éxitos en la reproducción del atún y sigue siendo interesante el trabajo respecto a la anguila, todo ello gracias a las mejoras zootécnicas y la aplicación de nuevos sistemas de producción altamente sofisticados como la recirculación y la incorporación de sotfware predictivo que permite realizar análisis de la información.

Las empresas con grandes conocimientos en ganadería terrestre, con muchos años de innovación a sus espaldas apuestan por la diversificación de su cartera de especies, les interesa el salmón, la trucha, el rodaballo, la dorada, la lubina y…todas aquellas especies líderes del mercado como la tilapia, panga, carpa que no hay que olvidarlo. Estas empresas saben hacer muchas cosas y las saben hacer muy bien, así que es bueno escuchar qué quieren y aplicar sus conocimientos al mundo acuícola.

Posiblemente estemos pasando, a nivel del Mediterráneo, unos de los peores años del sector, sin embargo no parece ser del todo correcto decir que es así, ya que aunque no se ha producido un aumento de la producción significativo, parece observarse una aceleración en cuanto a la reorganización del sector. Emergen los actores principales, sino más fuertes, si mejor posicionados. La acuicultura sigue siendo negocio, es negocio, y por eso genera el interés que genera, pero sobre todo la acuicultura es una fuente de alimento, crucial, esencial, imposible prescindir de ella, no podemos dejar que prescinda de nosotros, no nos podemos permitir perder lo que hemos conseguido, otros lo harán, nosotros perderemos.