Ayer nos enteramos del acto de constitución de la nueva entidad, la Red de Experimentación Marina de Acuicultura (REMA). Esta asociación sin ánimo de lucro pretende dar soluciones a los retos científicos y tecnológicos de la acuicultura española. Entre las actividades estatutarias del REMA se destaca a través del comunicado que se puede leer en la web de Apromar “desarrollar, promover y estimular la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación en la acuicultura marina, la difusión de sus resultados, así como ser un referente de información y documentación en I+D+i”.
Los pilares de la asociación son 6 empresas socios fundacionales productoras de acuicultura marina que se sustentan sobre dos entidades de investigación conformadas como Centros Tecnológicos.
Por ahora nada que decir.
Se destaca, igualmente, que se mantendrán “estrechas relaciones sinérgicas” con los otros institutos y centros de investigación pública que actualmente existen en el país y especialmente activa la colaboración con todas las empresas de la cadena de valor de la acuicultura, ya que como bien dicen los campos de trabajo del REMA incluirán, entre otros, “vacunas, biocidas, piensos, nuevas especies, relación con el medio ambiente, equipos y tecnología”.
Sin duda alguna este es un proyecto que está condenado a tener éxito, debe tenerlo, no es posible pensar lo contrario. Esta filosofía que lo impregna está en la propia identidad del Cluster Acuiplus, lo es desde el primer momento en que se constituyó y disponemos de empresas (sí, empresas, que también centros de investigación), líderes internacionales, en cada una de las disciplinas y campos en los que el REMA especifica que debería trabajarse.
Es posible que este proyecto sea más sólido y esté mejor sustentado si, desde el primer momento, incluyera en el “Comité Técnico” constituido por representantes técnicos de todas las empresas socias a las empresas que, tradicionalmente, han soportado la mayor inversión privada en innovación en acuicultura en España. Las tenemos en Acuiplus y siguen invirtiendo en acuicultura, incluso más que antes.
Xavier Marcet escribe en un post magnífico en Sintetia que “la dirección de innovación debe pensar en grande para no matar las ideas cuando todavía son pequeñas”.
Ahora es el momento de llevar la innovación abierta al ámbito acuícola, generar proyectos transversales y cooperativos, donde se de la polinización cruzada, incluso entre especies diferentes, incluso entre potenciales competidores. Como dice Marcet debemos ser capaces de generar la máxima empatía con “más humildad y menos arrogancia corporativa”.
Es importante mirar más allá y explorar nuevos modelos de negocio, en este caso el negocio de la innovación. Se requiere una gran habilidad y es esencial creer en ella ya que comporta riesgo.