Informe de producción acuícola 2014

La conjunción de cuatro organizaciones como La Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos (APROMAR), la Asociación Española de Productores de Acuicultura Continental (ESACUA), la Organización de Productores Piscicultores (OPP)  y Fundación OESA por segundo año consecutivo para la edición de esta nueva entrega del informe de “La acuicultura en España 2014” se agradece y mucho. El informe ha madurado y aunque es denso, 91 páginas, no es pesado.

Aparte de los datos, que revisaremos someramente, es mejor leerlo, el informe mejora significativamente ya que además de la integración de los datos marinos, continentales y de otras producciones, algo que ya estaba inicialmente en marcha en el anterior, aporta un capítulo en forma de hojas informativas sobre aspectos relevantes, como por ejemplo el procedimiento administrativo seguido en Noruega para la ordenación de su actividad. Destaco que no me parece tan complejo y qué buena idea la del barbecho. Hay que recordar que estas medidas se vienen aplicando regularmente en muchas de las granjas en tierra y las propuestas de hacerse extensivas al resto de instalaciones se remonta a la elaboración del primer borrador del “Libro Blanco de la Acuicultura“. Nos olvidamos de mirar dentro.

Otras hojas informativas (que es como las llaman) relevantes son la que hace referencia a la Directiva Marco del Agua (DMA) y a la incidencia que la producción acuícola turca tiene en la industria europea. Este último punto tiene cierta complejidad, se mire como se mire, ya que aunque no es nuevo que el crecimiento de una industria se base en una política de subsidios, lo que sí que es novedad es que esta haya tenido efecto y aparentemente en Turquía así ha sido. Lo que también es cierto es que ha sido devastador para los productores de trucha y parece que para los de dorada y lubina. Me remito a los comentarios del informe que parecen ciertamente justificados, aunque reflexión no debería faltar.

90,4 millones de toneladas de productos acuícolas producidos a nivel mundial frente a las  92,5 millones de toneladas capturadas por la pesca (datos del 2012 de la FAO, hoy probablemente sea más) es lo suficientemente significativo como para tomarse esta actividad productiva en serio. Hoy en día no es adecuado hablar de alternativa, ni de complemento (aunque en este informe se diga) es una necesidad. Quien no lo entienda pierde el tiempo. Quíen no lo haya hecho y quiera que se apunte.

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China sigue mandando, aunque no es el país con un mayor crecimiento. Llama la atención la recuperación de Chile y la emergencia imparable de los países asiáticos, tal vez infravalorados ya que si asumimos su crecimiento, es posible que los datos sean incluso superiores.

Europa (sin Noruega, que es sinónimo de salmón) sigue siendo mejillón (77% del total de los moluscos producidos) y bivalvos en general, algo más del 46% de todo lo que se produce y trucha arco iris, salmón, dorada y lubina. Se cuelan en el top 10, como habitualmente, la carpa y el rodaballo.

España está en meseta desde hace unos cuantos años, lo poco que crece por un lado (lubina) lo pierde por otro (dorada y rodaballo) y esto es lo más destacable que está igual, no mucho peor, lo que sigue siendo un punto de esperanza. Si en la situación que estamos no se destruye más y más rápido es que realmente las empresas que quedan deben tener una solidez a prueba de bombas o un valor (en el sentido de valentía) extraordinario.

Respecto al análisis del presente y futuro de la acuicultura  (capítulo 7) no hay grandes novedades y creo que este es un mal presagio ya que viene a indicar que todo sigue igual o que poco se ha conseguido. Se entiende el reciente artículo de APROMAR criticando vivamente algunas de las actuaciones de las administraciones públicas (La Crítica más cruel y merecida).

Tal vez ha llegado el momento de cambiar algunas de las tendencias recuperando la capacidad productiva a la que se hacía mención, tal vez haya que modificar la forma de actuar, tal vez.